La propuesta del escritorio se anida a la iniciativa de un arquitecto chileno llamado Gonzalo Fernandez quien propone poner la mirada en un espacio particular en la ciudad de valparaiso, el edificio del ex-chile tabaco. Edifcio que va a ser demolido casi en su totalidad para construir allí un edificio de 20 pisos de alto, causando perjuicios a las personas tras de el. Edificos tan altos como éste generan por un lado perdida de un espacio de patrimonio arquitectónico, tapan la visibilidad de los barrios que a su sombra quedan, generan conflicto con la ciudad y a los habitantes les bajan su calidad de vida.
El escritorio, enfoca su mirada a los aportes de las personas en el contexto de los espacios abandonados, pero mas que eso, en cual es la posición de la ciudad respecto al futuro de los mismos, a la transformación radical de la ciudad con la utilización de ellos, al si es mejor desechar, o sacar partido o conservar patrimonio.
Estos espacios abandonados, irónicamente con su neutralidad (pues se supone que en ellos no hay nada o no pasa nada) ponen en tela de juicio los intereses de la ciudad con el habitante, con su transformación y con su futuro, pero tal vez más al habitante que se hace al junto con la ciudad.
